El mundo de las mini cámaras lleva años dándonos muchas novedades. La miniaturización de los diversos componentes ha hecho que se puedan conseguir calidades sorprendentes con equipos realmente pequeños. Su uso como cámaras de acción (siempre con GoPro como referencia), en drones y en todo tipo de posiciones imposibles, ha derivado en el uso generalizado de estas pequeñajas en los más variados trabajos.
Blackmagic no podía ser ajeno a esta tendencia, y el año pasado presentó la Micro Cinema Camera, que finalmente está disponible desde hace unas semanas. ¿Qué diferencia a ésta micro cámara de otras? Pues lo que suele diferenciar a las cámaras de Blackmagic del resto: La posibilidad de grabar en ProRes o RAW y un excelente rango dinámico. Veamos un resumen de sus características y nuestras primeras impresiones de uso.
Lo primero que llama la atención es su tamaño, especialmente para una cámara con ópticas intercambiables micro 4/3 y un sensor Super 16mm. La cámara no tiene pantalla, por lo que vamos a utilizar un Video Assist para configurar y monitorizar las imágenes a través de la conexión HDMI que incorporan ambos equipos. La Micro Camera solo dispone de 6 botones para configurar todas sus opciones, por lo que hacerlo es sencillo pero cuesta tiempo, al tener que ir navegando por los menús usando botones pequeños.
Los menús resultarán familiares a los que ya estén acostumbrados a los equipos de Blackmagic. Son limpios y disponen de todas las opciones de configuración necesarias, tanto de grabación como de ayudas a la misma con las diferentes opciones de monitorización.
Mención aparte necesita todas las posibilidades de control remoto de la cámara, pensada para colocar en sitios de difícil acceso e incluso drones. En el paquete se incluye un cable que mediante un puerto DB-HD15 proporciona todos los sistemas de control remoto y una salida vídeo compuesto para usar en el combo, pensada especialmente para sistema de transmisión inalámbrica. Se pueden controlar remotamente diagrafragma y foco, además del inicio de la grabación. En este cable también va el conector de alimentación para usar la fuente que viene con el equipo. La otra opción de alimentación es una batería del tipo Canon LP-E6, que además se puede cargar en la propia cámara. Durante un uso prolongado el sistema se calienta bastante, pero no hemos tenido problemas con esto a la hora de grabar.
En cuanto a la calidad de imagen, es equiparable a la omnipresente Blackmagic Pocket Cinema Camera. El codec elegido por el fabricante australiano marca la diferencia con la mayoría de sus competidoras. La cámara graba en tarjetas SDXC o SDHC a un máximo de 1920x1080px y 60 imágenes por segundo. Si sumamos el hecho de que se pueden utilizar ópticas Micro 4/3 de gran calidad, hace que los resultados sean muy notables. Si estas ópticas son del tipo Pancake, el equipo se puede meter en cualquier sitio. Si queremos otro tipo de lente, como la Olympus 12-50 de la foto siguiente, el volumen y peso del conjunto limita las posibilidades de uso en lugares pequeños. En cuanto al audio, dispone de un micro interno y un conector minijack externo. Hay que tener en cuenta que la Micro Camera lleva un ventilador, por lo que el sonido del micrófono interno se puede ver comprometido si se trabaja a mucha temperatura.
En definitiva, a un precio inferior a 1.000€, esta mini cámara abre un importante número de opciones a quienes necesitan un cuerpo minúsculo, fácilmente acoplable a cualquier soporte, con una calidad de imagen muy elevada y la opción de controlar sus funciones de forma remota.
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