Luis M. López Soriano (@LMLSoriano), cámara, editor y realizador audiovisual, lleva años trabajando con su cámara en algunas de las cordilleras más altas y remotas de la Tierra. En las últimas trece expediciones del alpinista de 79 años Carlos Soria en el Himalaya, le ha acompañado, desarrollando la labor de cámara, fotografía, posproducción y comunicación. Acompañando al veterano alpinista hasta las cimas del Kanchenjunga (8.586m), Annapurna (8.091m) y Amadablam (6.812m).
Actualmente se encuentra trabajando en la expedición IFEMA-Carlos Soria Dhaulagiri 2018. Montaña donde alcanzaron los 8.000 metros el pasado otoño. Desde aquellas cumbres y en plena expedición, Luis ha respondido a nuestras preguntas.
¿Cuál es tu papel en las expediciones de Carlos Soria?
Ante todo somos compañeros de expedición con un objetivo claro, completar el proyecto de Carlos Soria de ascender las catorce montañas de más de ocho mil metros que hay en la Tierra. Además, mi cometido es el de cubrir la comunicación audiovisual y fotografía, desde el Himalaya para el patrocinador, IFEMA, y las redes sociales oficiales de Carlos (yosuboconcarlossoria). Documentar con imágenes el desarrollo de la expedición, desde el campo base a la cima de la montaña.
¿Qué equipo de cámara y ópticas llevas?
Principalmente llevo dos cuerpos de cámara, Lumix GH4 y Sony A7S. Uso ópticas Canon y Samyang con la Sony, a través de un adaptador Metabones y ópticas Panasonic con la Lumix. Principalmente ópticas versátiles que cubran un rango angular/tele en una misma lente y como apoyo algún gran angular, teleobjetivo y una óptica fija 50 luminosa para entrevistas y retratos.
¿En qué momentos utilizas la Sony y en qué otros la Panasonic?
Uso la Sony como cámara principal de foto y vídeo, me gusta mucho la respuesta que tiene en ambos campos. La Lumix la reservo para el intento a cima, es más ligera y muy resistente. La puse a prueba grabando en condiciones muy duras de ventisca a 8.091m, en la cima del Annapurna y no me defraudó.
Siempre me gusta incorporar nuevos accesorios que me permitan añadir un toque diferente y este año me he traído un Osmo+, como apoyo, para incorporar más dinamismo en la acción.
¿Qué tal con el dron a esas altitudes?
El dron me ha permitido dar un giro a los vídeos en montaña. Sitúa la grandeza del entorno de una manera única, ya no puedo pasar sin él. Lógicamente es un añadido a la hora de meter cacharros en la mochila, más preocupaciones de baterías. En el caso del dron tengo que calentarlas con lo que puedo antes de volar en montaña. En altura todo se complica, la baja densidad del aire disminuye la sustentación en vuelo y las maniobras son más delicadas, especialmente sobre los 6.000 metros. La actividad física de subir una gran montaña también puede influir en la concentración, a la hora de trabajar con el dron. Pero los resultados son muy buenos y merece la pena el esfuerzo. Actualmente trabajo con el Phantom 4. Yo le apodo cariñosamente “perdigallo tibetano” en honor a un ave muy simpática que habita por el Himalaya y que nos ha acompañado en algunos campos base.
¿Cómo grabas el sonido de las entrevistas?
En el campo base empleo micros de corbata inalámbricos y en montaña un micro de cañón corto. Uso de la marca Azden y Rode.
¿Qué equipo y software utilizas para editar los vídeos?
La edición de vídeo siempre con Final Cut Pro, compañero de viaje desde hace casi 20 años . La rapidez y eficiencia de esta herramienta es clave para un trabajo de campo como el que tengo que realizar en el Himalaya. El portátil MacBook pro. Creo que es difícil poner a prueba una máquina, después de tantos y tantos años trabajando en grandes montañas, en condiciones de frío y altura, con tan buenos resultados.
¿Cuál es tu flujo de trabajo en postproducción?
Todo el material es grabado y editado en 4k. Mantengo el codec de cámara. Para entrevistas y luces complejas empleo perfiles con un rango plano.
Mi oficina en el campo base es una tienda de campaña, donde paso horas editando fotos y vídeos. El trabajo tiene que ser ágil y eficiente, ya que dependo de la energía de un generador de gasolina que debo administrar con cuidado. Hay que ser rápido y mantener una calidad alta de trabajo, con la máxima eficiencia. En el campo base me impongo mi horario de oficina, también con sus descansos, que aprovecho para ir a la tienda cocina a tomarme un cafetito que me prepara con mucho cariño nuestro cocinero “Rinji” y momento para charlar y bromear con los sherpas y olvidarse un poco del trabajo técnico.
¿Cómo envías las imágenes a España?
Las imágenes las envío a través de una antena satélite Thuraya IP+. Dependo de la cobertura de los satélites y la climatología. Mandar pocos minutos de vídeo requiere horas de pelea con la antena y hay que afinar mucho buscando el equilibrio de calidad y peso.
¿Cómo cargas los equipos?
Principalmente con un generador de gasolina que se enciende unas horas al día. Hay que gestionar muy bien la carga de equipos y el mantenimiento.
¿Cuáles son las principales dificultades para trabajar en esas condiciones?
Podría decir que el frío, la altura, una oficina peculiar en mitad del Himalaya donde no hay que olvidarse que además de trabajar hay que intentar subirse a una montaña de ocho mil metros. La lucha con la energía y el rendimiento de las comunicaciones por satélite… Pero realmente me gusta tanto mi trabajo y disfruto tanto en estas montañas que las dificultades se convierten en placer y siempre me siento muy afortunado por poder realizar mis dos pasiones simultáneamente, la montaña y mi profesión.
¿Tu mayor reto o satisfacción?
La culminación de este trabajo es alcanzar la cima acompañando a Carlos Soria en un proyecto tan fantástico y único como el que está desarrollando. Demostrando al mundo entero que no hay límites para la pasión y que la edad no es un condicionante para hacer lo que uno realmente desea hacer. Ser testigo de este momento y ver el mundo a través de mi cámara, a más de ocho mil metros es simplemente fantástico.
¿Qué tal se trabaja con Carlos y el resto de compañeros?
Acompañar a Carlos y aprender de él cada día es simplemente un privilegio. También con el resto de mis compañeros. Sito que, además de alpinista, es muy buen fotógrafo me ayuda mucho y la colaboración de todos es clave para poder desarrollar mi trabajo. La verdad es que nos lo pasamos muy bien juntos por estas montañas.
¿Tienes algún proyecto más en marcha?
La montaña me interesa mucho desde todos los puntos de vista, especialmente el etnográfico. El
año pasado comencé un nuevo proyecto documental sobre el chamanismo, que todavía permanece arraigado entre las montañas de Nepal y que conserva algunos de los vestigios más antiguos de la cultura del Himalaya: “Guardianes del alma”.
Además, Luis publicó hace poco un maravilloso libro de acuarelas dibujado con el agua de cada montaña en la que lo realiza: Montañas de agua.
Web de Luis M. López Soriano: www.chandratal.com
Facebook de la expedición de Carlos Soria